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Despertarme, oír tu delicada voz susurrándome un: "buenos días bichito",  acompañado de una ración de dulces besos, escuchar como a cada segundo que pasa tú repites uno de tus te quiero, observar cada uno de tus movimientos, fijarme en los más mínimos detalles, saber que eres sólo mío, acariciar tu sensible piel, besar tu cuello, que me hagas sentir un subidon de adrenalina.